¿Cambia el amor o cambiamos nosotros?

Son muchas las preguntas que surgen en el camino del amor porque es un asunto que nos inquieta a casi todos los seres humanos en este mundo.

Entre todos los interrogantes, quizá uno de los más comunes es si cambia el amor o cambiamos nosotros. Sin duda este cuestionamiento llega en algún momento a las personas que llevan cierto tiempo en una relación o que están atravesando por los míticos aniversarios que la sociedad ha marcado como cruciales para determinar la sostenibildiad de la pareja en medio de la convivencia. 

Dado que somos seres humamos en evolución constante (qué tal que no) y que además somos aprendices del amor caminando paso entre paso por la espiral evolutiva, por supuesto que la respuesta es afirmativa para ambas cuestiones: cambia el amor y cambiamos nosotros.

Aunque la respuesta parece obvia¿, no es tan simple de comprender para muchas personas, en especial cuando están sumergida en relaciones tóxicas.

La explicación de esta dificultad radica en que la mayoría de nosotros no nos detenemos para observarnos y darnos cuenta de quiénes somos y quiénes queremos ser. 

Por lo tanto comúnmente nos metemos con otro ser que tampoco hizo la tarea de autoconocimiento y resultamos en una relación de dos perfectos desconocidos de sí mismos. 

En consecuencia inevitablemente cargamos a la pareja con expectativas, proyecciones e idealizaciones.

El amor cambia

Hablemos en primer lugar de la forma en que el amor cambia y de los motivos por los cuales lo hace.

Para ser más exactos lo que sucede es que nosotros vamos en el camino de aprender a amar de modo que cuando pasamos las pruebas y comprendemos las lecciones podemos avanzar al siguiente nivel en el amor.

Los niveles del amor por los cuales cruzamos en ese aprendizaje coinciden con los que mencionaron los filósofos griegos de la antigüedad, es decir: el amor erótico, el amor "storgé", el amor filial y el amor ágape. 

El amor erótico se refiere al amor pasional, al amor de atracción física, el que denomino amor de mariposas en el estómago. Este amor es el más conocido y el que más confunde a las personas creyendo que ese es el amor del nivel más alto que existe. 

En realidad, cuando nos vinculamos en pareja solo desde el amor erótico, llega un momento en donde se siente cansancio dado que es un amor que sacia las necesidades corporales pero no las necesidades del alma. Por eso, aunque no sepamos qué es lo que nos pasa, hay una sensación de vacío que se experimenta debido a que el alma reclama un amor más elevado que la nutra y se nos invita desde el plano espiritual a que avancemos a otro nivel del amor donde la vibración es más alta.

En otro nivel está el amor "storgé" que traducido del griego literalmente significa cariño, aprecio, tratar con dulzura y gentileza, sin dañar, como quien acaricia. Este amor implica un nivel de conciencia de los miembros de la pareja en donde cada quien se hace cargo de sí mismo y puede apreciar al otro con gentileza. Este tipo de amor nos cuesta esfuerzo en medio de la convivencia, sobre todo cuando los miembros de la pareja han estado acostumbrados a proyectar en el otro su propia sombra.

Luego está el amor filial que es un amor como de amigos, de camaradería, de complicidad, de compartir momentos inolvidables. Es el que nos permite disfrutar de la compañía del otro sin sentir el paso de las horas. Este tipo de amor logra sostenerse después de pasado el "enamoramiento" cuando aprendemos a soltar los juicios y aceptamos al otro tal como es. Y especialmente este tipo de amor requiere que dejemos al otro ser quien es, que abandonemos la ilusión del control y las ganas de cambiar al otro para convertirlo en quien nosotros deseamos que sea.

Por último se encuentra el amor ágape que el nivel más elevado del amor, en el cual amamos sin ningún tipo de condición, simplemente porque nos nace amar. Para llegar a este nivel, naturalmente nos corresponde haber superado todos los niveles anteriores. Ello significa a su vez que hemos superado nuestros miedos, que hemos trascendido nuestras sombras, que hemos logrado adueñarnos de nosotros mismos, que tenemos la autoestima sana y sólida y por tanto somos libres y auténticos.

Así pues el camino del aprendizaje en el amor nos conduce a superar las lecciones del nivel anterior mediante la evolución de conciencia, por eso es que sentimos como si el amor cambia pero en verdad es que pasamos al siguiente nivel.

Es decir que en el fondo lo que ocurre es precisamente que hemos comprendido ciertas cosas y que hemos ascendido a otro nivel de amar que antes no alcanzábamos.

Nosotros cambiamos

Cuando verdaderamente estamos comprometidos con nuestro bienestar y nuestra evolución de modo que avanzamos para ser totalmente humanos, entonces nuestro camino nos permitirá mejorar día a dia.

Con el paso de las experiencias de la vida y la evolución de conciencia, que no necesariamente es proporcional a la edad, moldeamos nuestro ser y fortalecemos nuestro carácter dando más solidez a la autoestima.

En el fondo esto es la espiritualidad y a medida que avanzamos en ella y nos descubrimos a nosotros mismos, develamos esa parte oscura que también habita dentro de nosotros de modo que la podemos aceptar, la afrontamos, dialogamos con ella y nos reapropiamos de ella sin identificarnos, para que la integremos a la luz.

De la mano de toda esa evolución aparece nuestro aprendizaje en el amor. Dicho de otra manera, con nuestra evolución en consciencia y en empoderamiento desde la sabiduría, emerge el amor y evolucionamos hacia otras formas de amar que antes no conocíamos.

Esta evolución implica soltar todo lo que encubra nuestra esencia y nuestro ser, por eso implica también trascender el mundo de la apariencia.

La recompensa de tomar la decisión de evolucionar es que se abren las puertas a una vida más liviana, en paz, donde nos relacionamos para sentir bienestar y crecer juntos en libertad y autenticidad.