Pocos se dan cuenta de que encontrar quien nos ame, nos respete y nos de nuestro lugar afuera, depende de cómo y cuánto nos amemos a nosotros mismos primero.
En esta nueva entrada del blog te voy a compartir un secreto para que actives tu amor propio.
Si ves con detenimiento alguna foto mia de cuando era niña en mis redes sociales, es posible de que te percates de dos detalles.
El primer detalle es que sonreía y me veia tranquila. Pero lo cierto es que tras esa aparente infancia pacífica había un hogar con carencias afectivas importantes, empezando por la enfermedad y muerte de mi madre a mis 13 años de edad.
El segundo detalle es que llevaba mi pelo bien corto, como si fuera un niño y no una niña. Ya verás por qué fue esto.
No sé si has visto que la mayoría de las niñas gozan enormemente con su pelo largo porque es como un referente de ser mujeres, de sentirse bonitas y posiblemente de sentirse "grandes".
Bueno, yo no pude disfrutar de esa dicha de jugar con mi pelo cuando era niña porque mi padre obligó a mi madre a que me lo mantuviera tan corto que yo parecía un hombre, de hecho muchas veces me confundieron con un niño.
Esa actitud de mi padre tiene un trasfondo muy grande y está relacionado con su inconsciente y con su historia.
Tardé décadas en sanar y en mi largo camino pagué miles de dólares en todo tipo de apoyo no solo para transmutar el dolor de haber tenido el pelo corto de niña, sino también para soltar una infancia y una adolescencia llena de múltiples maltratos de mi padre hacia mi, en todos los niveles posibles: físico, emocional, psicológico, económico, etc.
Con los años comprendi que sin saberlo ni él ni yo, me convertí en el vertedero de todo el dolor de mi padre, del cual por supuesto él no se daba cuenta.
En otras palabras, representé para mi padre aquella persona donde él proyectaba toda su sombra.
Con el paso del tiempo llegó un momento en que todo mi trabajo interior y mi búsqueda espiritual dio sus frutos. Perdoné a mi padre y solté el dolor. Eso si, no supe cuándo pasó eso dentro de mi, porque eso no es como que un día te dices: "lo voy a perdonar hoy", sino que es todo un proceso.
Vine a comprender que había perdonado y había entrado en una mirada desde la compasión y el respeto hacia mi padre cuando él se cayó y se fracturó el fémur.
Eran los primeros días de enero y gracias a la vida que es tan sabia, no me encontraba de vacaciones sino que pude acudir al llamado cuando me aviisaron y pude estar al frente para conseguir que lo atendieran correctamente. Lo acompañé tanto en la cirugía como durante la semana de hospitalización en la que estuvo completamente aislado debido a los protocolos clinicos para evitar infecciones postoperatorias.
Me quedé con él durante todos los días. Le daba su comida, le puse música para que disfrutara, le pasé por teléfono a mi hermano que estaba fuera del país en ese momento, hasta le hice reiki. Y fue hermoso porque, a su manera, me expresó su gratitud y su amor hacia mi.
En algún momento a solas, volteó a mirarme y me dijo "mija, como te has portado de bien conmigo"...
Esa frase está presente en mi mente, es como si me la hubiera dicho ayer. Es algo que no tiene precio, significó muchisimo tanto para mi como para él. Después de ese día quedé en paz. Me di cuenta que lo amaba y que aceptaba la historia tal como había sido.
Mi padre se recuperó, aunque siguió con muchos achaques debido al parkinson avanzado y finalmente falleció cinco años después de ese accidente al que llamo el examen final de la vida para los dos.
Hoy en día comprendo lo importante que ha sido aprender a honrar a mi padre y a agradecer que me haya dado la vida y que me haya enseñado muchas cosas.
¿DE QUÊ SE TRATA EL AMOR PROPIO?
Ya te imaginarás, por mi historia, que el tema del amor propio ha sido crucial para mi, a tal punto que literalmente ha sido un tema de vida o muerte.
He reflexionado mucho acerca de qué significa el amor propio.
Después de mucho voltear con el tema por tantos años, hoy en dìa uso el termino amor propio para referirme a ese amor verdadero que nos conecta con todo lo que es, todo lo que ha sido y todo lo que será, pues en el universo solo puede existir amor y nada más.
Por eso es por lo que el amor propio solo puede surgir cuando estamos anclados a nuestra esencia, a nuestro ser puro y sagrado. He ahì el primer desafío con el amor propio. Nos cuesta identificar quiénes somos en verdad porque nos entrenaron para seguir estándares y normas de otros, entre ellos la familia, la sociedad y la cultura.
Adicionalmente, en mi camino descubri que amor propio necesita de un trabajo de integración de la energía femenino/masculina interna, de otra manera no se fluye para dar vida a todo el potencial creativo que llevamos dentro.
El amor propio en este sentido, como lo comprendo ahora, signfica retornar nuestra conexión sagrada, reactivar la alegría de vivir y sacar todo nuestro potencial.
Por lo tanto algunas de las tareas que tenemos para renovar nuestro amor propio son: dejar de depender del qué dirán, dejar atras los dolores por los que hayamos pasado en nuestra infancia o a lo largo de nuestra vida y por supuesto la gran tarea que es integrarnos en nuestras dos polaridades internas para permitir que el amor circule y podamos dar y recibir amor en equilibrio.
Si nunca hemos hecho un trabajo de amor propio, podemos empezar por aprender a decir no todo aquello que no contribuya a nuestro bienestar tanto a nivel mental, emocional, fisico y álmico.
Publicado en Afecto y amor
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