Desde hace diez años, cuando empecé a investigar sobre el amor y las relaciones de pareja desde todas las perspectivas posibles, me di cuenta que yo no había sido la única en cometer locuras por amor y que además el tema de las locuras por amor se ha estudiado seriamente en los entornos científicos.
Aunque el amor es algo que está por encima de la ciencia, en el plano trascendental y sobrehumano, vale la pena revisar esa parte animal de nosotros como seres humanos y ver lo que explican los científicos sobre las locuras de amor que están relacionadas con ese instinto animal que habita en nosotros.
¿Qué es una locura de amor? ¿por qué llegamos a esas locuras de amor? ¿Son buenas o malas las locuras por amor?
De este tema quiero hablar en la nueva entrada de mi blog asi que bienvenidos.
Las famosas locuras de amor de las que nos hablan eventualmente en alguna reunión familiar o de amigos a modo de anecdotario, son en realidad acciones arriesgadas a las que llegamos por cuenta de toda una cadena de reacciones químicas que ocurren en nuestro cerebro durante el enamoramiento.
De cierta manera, aquella expresión popular de que se puede"perder la cabeza por amor" tiene sentido puesto que en esa fase de enamoramiento el cerebro opera de una forma particular que nos puede impulsar a actos desproporcionados.
Lo que explican los neurocientíficos es que ciertamente hay una especie de química del amor y hay un perfil que inconscientemente buscamos como pareja afuera.
Según lo afirma el neurólogo colombiano Leonardo Palacios, quien pertenece a un grupo de investigación sobre el amor, ese perfil de pareja que tenemos incluye elementos culturales, nuestra historia, nuestros padres, nuestros sentidos (la vista, el tacto, el olfato, el oído), el intelecto y el famoso "charming" o atractivo que tiene la persona, o dicho en términos coloquiiales, ese no sé qué y no sé dónde que le vemos a una persona que nos resulta atractiva.
De ahí que, según la ciencia, cuando ocurre el encuentro con esa persona que encaja en el perfil, nuestro hermoso laboratorio perfectamente sincronizado llamado cerebro, comienza a realizar una serie de reacciones químicas que desatan ciertas reacciones físicas. Todo este proceso parece ser una apuesta de la naturaleza para que nos unamos con el otro en procreación para continuar con la vida de la especie humana en el planeta.
Dentro de las sustancias que se disparan en el cuerpo ante la atracción física están los estrógenos, la testosterona y las feromonas, así como otras como la dopamina que se asocia en el cerebro con el placer.
Todas esas sustanciias a su vez desatan una serie de emociones y se puede llevarnos a un estado en donde no actuamos de forma racional debido a la pérdida del juicio crítico considerando que la pareja es perfecta.
Como dice Helen Fisher, otra de las científicas que ha estudiado el fenómeno del amor, "alrededor del mundo la gente ama, cantan por amor, danzan por amor, componen poemas e historias sobre el amor, hablan de mitos y leyendas sobre el amor. La gente anhela el amor, vive por amor, mata por amor y muere por amor".
Es decir que no seremos los primeros ni los últimos en cometer locuras de amor que van desde las míticas como los templos dedicados al ser amado en la antigüedad hasta las teatrales como las puestas en escena para proponer matrimonio en medio de un estadio de fútbol ante miles de espectadores. El resto de los mortales nos seguiremos ideando otras pequeñas locuras de amor sencillas y discretas, tantas como nuestra imaginación nos permita imaginar.
Como la ciencia nos ha mostrado, como seres humanos conservamos también una parte animal dentro de nosotros, esa parte instintiva que se pone en evidencia en el juego de la atracción.
De hecho esa parte animal, esa parte que está asociada a las cosquillas en el estómago, a las manos frías o sudorosas, a las rodillas temblorosas y otras manifestaciones del cuerpo, es en la que nos enredamos si no mezclamos la parte más elevada de nuestra vibración dentro de la relación.
En otras palabras, aunque conservamos esa parte animal de nosotros y ella se manifieste especialmente en pleno comienzo de la relación, no se nos puede olvidar que nuestra condición de humanos con conciencia nos conduce a que la animalidad sola no nos llene el alma y por eso es que con el tiempo una relación basada solo en la química termina en una pérdida de energía vital incalculable y en un desgaste que trae casi siempre sufrimiento.
Si son buenas o malas las locuras de amor, todo depende de la intención verdadera que la originó y de las consecuencias que traiga.
Creo que las locuras de amor son hermosos recuerdos que sumamos a la historia de una relación afectiva siempre y cuando esas locuras hayan partido de una intención de expresar el amor desde el corazón y hayan tenido algún tipo de filtro por pequeño que sea con la conciencia para dimensionar las conscecuencias que se pueden acarrear.
No es lo mismo crear un encuentro íntimo de sorpresa para celebrar una fecha especial con tu pareja que aparecerte con todo un show a la oficina para sorprenderla en frente del jefe y causar problemas laborales. Por supuesto tampoco es lo mismo hacer un viaje especial solo por amor que tener una relación sexual sin pensar para engendrar un hijo no deseado.
En lo personal creo que las locuras por amor seguirán existiendo por mucho tiempo más porque todavía estamos muy marcados con el amor romántico y porque esa parte animal de nosotros combinada en algunos casos con ese niño interior, querrá experimentar nuevas cosas.
Publicado en Filosofía de vida, Bienestar y felicidad, Afecto y amor
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