En las relaciones de pareja, es bastante común que pasemos por alto que tanto hombres como mujeres somos diferentes.
Debido a ese pequeño olvido, no nos percatamos de que actuamos, sentimos, pensamos y expresamos el amor de forma distinta.
¿Cuántos conflictos innecesarios y discusiones desgastantes nos podemos evitar si en lugar de luchar unos contra otras, tomamos conciencia de las diferencias y crecemos juntos en el respeto y la complementariedad?
Sin reconocer las diferencias y respetarlas, el amor muere con el paso de la cotidianidad y la convivencia. Al contrario, cuando se conocen y se comprenden, es posible construir relaciones de largo plazo donde el amor crezca y se fortalezca.