Así como no nos preparan para el amor ni para construir una relación de pareja estable y bonita, mucho menos nos preparan para afrontar la muerte de una expareja. Es un tema del que nadie habla, pero que impacta porque es el cierre de una historia.
En entradas anteriores he compartido mis aprendizajes después de mi divorcio, tras pasar 20 años de mi vida en una relación donde sumé casi 4 años de noviazgo y luego los años de matrimonio.
De quien me divorcié hace 14 años y quien fue el padre de mi hja y el único esposo que he tenido, partió de este plano el pasado 20 de diciembre tras batallar durante un mes contra el virus del momento.
Hoy, mis amados lectores, quiero dedicarles esta entrada a todas las personas que están atravesando la pérdida de su expareja. Creo que mi experiencia puede ser de utilidad para ustedes.
En estos tiempos de profunda incertidumbre, vale preguntarte qué sentirías si se muere tu expareja y cómo puedes afrontar esta situación desde el punto de vista espiritual, que es lo que realmente importa.
Para quienes apenas llegan a este blog por primera vez y para quienes quizá no recuerdan mi historia, les comparto algo a continuación, a modo de contexto.
Me casé muy joven, con mi primer novio, sin tener la más mínima experiencia en relaciones de pareja. Además venía de un hogar marcado por la temprana muerte de mi madre cuando yo tenía 13 años y por un padre bastante ausente que no hizo básicamente nada de acompañamiento, más allá de compartir sus temas técnicos del trabajo en la mesa del comedor durante la cena.
Así que mis creencias sobre las relaciones, el amor y el matrimonio provenían de lo que asimilé siendo una niña viendo el matrimonio de mis padres, así como de las enseñanzas de mi abuela paterna quien marcó mi vida y de los valores que me inculcó mi madre desde pequeña, complementado con el discurso religioso del colegio.
Con el paso del tiempo he comprendido que en aquel entonces cuando me casé estaba convencida de que el matrimonio era para toda la vida y por seguir esa creencia me sostuve en la relación por muchos años con entrega y dedicación.
No fueron años nada fáciles pero tengo claro que ninguna persona llega a nuestras vidas por casualidad y que todo lo que vivimos es parte de un plan de alma que necesitamos transitar para completar nuestros aprendizajes y evolucionar en consciencia.
Sin embargo, debo confesar que jamás tuve en mi mente el escenario de la partida de mi expareja. Esta noticia ha significado para mi una especie de examen de consciencia y de revisión conmigo misma para saber qué resultados tuvo el proceso interno que he realizado por décadas.
La sola palabra "muerte" nos asusta.
No nos preparamos para vivir bien....mucho menos para morir bien o para ver morir a los demás.
Ese miedo a la muerte tan remarcado se debe en parte a que por siglos hemos actuado desde las ideas ilusorias del ego que nos hacen creer que podemos tener el control de las cosas y de las personas.
Este período de 2020 y de principios del 2021 nos invita precisamente a la desconstrucción del ego, a quitarnos el velo de la apariencia y a desplegar la esencia verdadera que hemos olvidado tras las máscaras que nos hemos puesto.
Paso a paso, unos más pronto que otros, todos vamos por el camino de comprender que somos vulnerables, que no tenemos comprada nuestra vida y que en cualquier momento partiremos de este plano sin nada entre las manos. Solo nos quedará el placer de los ratos hermosos que vivimos con quienes construimos relaciones, las memorias de las sonrisas que ayudamos a dibujar entre quienes nos rodearon y la cantiddad de amor que dimos y recibimos.
Por eso es momento de aprender que quienes han hecho parte de nuestra vida en calidad de parejas significaron para nosotros unas profundas oportunidades de crecimiento y de aprendizaje, especialmente en el aprendizaja más importante que es en el amor.
En lugar de atemorizarnos frente a la muerte de quienes amamos alguna vez, ¿Qué tal si nos preparamos por si acaso nos toca verlos partir?
Esa preparación comienza por revisar si tienes paz en tu corazón con relación a tu expareja y a lo vivido con ella. Solo tu puedes saberlo.
Si encuentras que no tienes paz, entonces te sugiero realizar el PSSA, un proceso que enseño con técnicas y herramientas a mis alumnos de mentoría y un proceso que yo misma he aplicado en mi vida por décadas.
El PSSA es la sigla de: Perdonar, Soltar, Sellar aprendizajes y Agradecer.
¿Cómo sabes si necesitas hacer el PSSA respecto de tus exparejas o de tus relaciones de pareja pasadas?
Revisa si estás en alguna de estas situaciones:
1. Hay personas que se quedan en el pasado y creen que la expareja es como una posesión. Por eso quieren retenerla como sea, incluso usando a los hijos como mecanismo de manipulación.
2. Hay personas que se quedan aferradas al dolor de lo que pasó con la expareja. O incluso al dolor de lo que pudo ser y no fue. Ese dolor pronto se convierte en sufrimiento, luego en rencor, después en resentimiento y por último se convierte en obsesión, en deseo de venganza y en amargura.
3. Hay personas que alimentan el rencor hacia la expareja y guardan las imágenes dolorosas en lugar de aprender a agradecer por lo vivido y a sellar los aprendizajes que se tuvieron.
Si estás en alguna de estas opciones, es más que probable que necesitas hacer el PSSA porque la eventual muerte de tu expareja te removería en emociones que en lugar de traerte paz, te undirán en más sufrimiento innecesario.
En mi experiencia te digo que no hay nada comparable con la sensación de paz en el corazón. Mi proceso de PSSA tomó décadas pero créeme que vale el esfuerzo de sanar las heridas y de dar vuelta a la página de tu expareja.
Mi examen final fue la enfermedad, la muerte y el funeral de mi expareja. Ante tu almohada y ante ti misma no te puedes engañar, claramente lo que siento es paz.
Por supuesto sentí dolor por él y por mi hija debido a la enfermedad que él padeció y a la agonía que tuvo que atravesar. Pero finalmente siento paz de haber hecho las cosas desde mi corazón y desde hace mucho tiempo.
Oro por él, para que siga su camino, así como oré diariamente por su recuperación cuando estuvo tan enfermo.
Basada en mi propia experiencia, te puedo decir que es importante que tengas en cuenta los siguientes puntos.
1. Recuerda que quienes han estado en tu vida, por más dolor que hayan causado, fueron importantes para tu crecimiento y para ser quien eres hoy. De hecho desde la perspectiva de almas, toda persona que llega a tu vida fue importante para tu evolución como alma.
2. Suelta la amargura y todas las emociones que oscurecen tu corazón, llénate de compasión, de ternura, de bondad. Las emociones diferentes a estas te hacen daño a ti y empañan todo tu nuevo entorno.
3. Revisa todo lo que aprendiste con tu expareja y agradece por todo eso.
4. Selecciona unos cuantos recuerdos bonitos si los tienes y quédate con ellos, los demás son parte de las pruebas superadas.
5. Si tienes hijos, sé su ejemplo de amor incondicional y de fortaleza. Si no te sale naturalmente, al menos házlo para que tus hijos encuentren en ti un referente constructivo que los inspire.
Espero que te sirvan estas sugerencias y que puedas soltar el pasado con paz, si estás en el momento de ver partir a tu expareja.
Por último, te recuerdo que cuando no hacemos el proceso del PSSA es seguro que repetiremos una y otra vez los mismos patrones de relacionamiento con distintas personas, hasta que decidamos aprender bien sea en esta vida o en otra. A eso le llaman karma...que no es más que el eco del universo como resultado de lo que nosotros mismos decidimos hacer.
Un abrazo de solidaridad y mi mejor deseo para que logres el proceso de evolución en amor y consciencia.
Te invito a ver el video sobre lo que aprendemos de la muerte que te dejo debajo.
Publicado en Afecto y amor
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